martes, 10 de julio de 2007

Urbanismo encalado

El pasado fin de semana volví, tras siete años, a Mojácar, pueblo del litoral almeriense. Esperaba con nostalgia y curiosidad cómo habría degenerado el lugar en este tiempo debido a la masificación turística, la especulación y el mal gusto típicamente español.
A pesar del evidente crecimiento, me sorprendió encontrar un plan urbanístico bastante razonable, que en nuestra costa mediterránea se traduce en se lo han cargado, pero en otros sitios están peor. Sospecho que detrás de este milagro se encuentran manos anglosajonas, la etnia que más abunda por esos lares.
Los hijos de la pérfida Albión, poco amigos de las masas, de mezclarse con el ganado autóctono, de que les quiten la vista del mar y de que se construya sin respetar las encaladas casitas blancas que les proporcionan estúpidos sueños orientalistas, se han ocupado y preocupado de que Mojácar siga siendo un turístico pueblo andalusí y no un infierno de rascacielos y asfalto tipo Benidorm.
Gracias.

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