lunes, 9 de julio de 2007

Consumid, consumid

Vivimos en la era de los centros comerciales, la encarnación del consumismo más extremo, brutal y frenético. Madrid está infestado de ellos. Monstruosos pabellones de acero, cristal y hormigón, repletos de tiendas donde domina la filosofía del usar y tirar, del plástico barato y de los dependientes chuloputas. Espacios creados en tiempo récord para satisfacer las demandas expansionistas de franquicias horribles y restaurantes grasientos.
En Madrid, el último de estos engendros se jacta de ser el primer centro comercial con lago, una charca que apestará a cloro y antialgas en medio del secarral manchego. No se puede ser más hortera.

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