martes, 29 de julio de 2008

Cinco argumentos ecológicos para beber en botijo:

1- Dónde estamos y cómo nos refrescamos: en las regiones de clima mediterráneo, con veranos secos y cálidos, las necesidades de ingerir agua a la temperatura más agradable lleva a que la refrigeremos empleando la tecnología de neveras y frigoríficos. Como toda tecnología electrodoméstica de servicio continuo, el consumo de energía es constante.
El empleo del botijo como refrigeración natural por evaporación gracias a la estructura porosa conseguida en la cocción de la arcilla, reduce drásticamente el consumo de energía para mantener el agua a una temperatura óptima para el consumo, alrededor de 20º C, agradable al paladar y la garganta. Al no precisar energía eléctrica, las emisiones de gases de efecto invernadero no existen.

2- Restitución de la energía primaria: El botijo consume energía durante el acopio de la arcilla y los 15 minutos de cocción a 900º C en hornos cerámicos, pero ese volumen de energía consumida queda compensada con la energía no consumida para la refrigeración a lo largo de su ciclo de uso.
Un botijo puede durar decenas de años, ahorrando el consumo de cientos de kilowatios eléctricos si su uso es continuado y realizado por diversos usuarios.

3- Agua siempre fresca sin moverse del lugar: otra apreciación de argumento ambiental es que el agua contenida en un botijo se mantiene óptima durante largo tiempo y guarda una relación con las condiciones ambientales externas y con el volumen de agua de su interior. Esto no ocurre con el agua refrigerada en nevera, que comienza a perder fuerza energética cuando la sacamos al exterior, obligándonos a volver a introducirla.

4- Un símbolo del activismo y la cultura ambiental: en palabras del activista verde Mario Ortega, beber agua desde un botijo supone un acto simbólico, una apuesta por la calidad, una demostración de que hay ingenios humanos que no han sido superados por ninguna tecnología actual, ni en la sencillez de su belleza ni el la calidad del producto que suministran. Beber agua refrescada en barro nos transporta a un universo sin sofisticación, más natural y humano, menos apresurado.

5- Agua fresca en lugares desconectados de la red eléctrica: el botijo se convierte en un artefacto estrella del compromiso ecológico allá donde el refrigerador no llega. Los grandes espacios naturales, refugios, campings o zonas para el recogimiento y la desconexión tecnológica son algunos de los lugares donde nuestro orgánico amigo entregará refrescantes satisfacciones.

jueves, 24 de julio de 2008

Sobre la pereza: Georges Moustaki

Reivindico la pereza, que es un pecado original para los cristianos y una filosofía para los orientales. Cuando hablo de pereza lo hago contra el delirio de la sociedad hiperactiva y estresada. La sociedad está anestesiada, vive obsesionada con el trabajo y la producción. La pereza es un antídoto, un modo de detenerse creativamente, una manera de contrarrestar el modelo compulsivo que nos rodea. Pereza no es indolencia ni holgazanería. Es tomar distancias y conjurar la obsesión consumista. Trabajando 14 horas a la semana rendiríamos mejor que con 35. También hay una inflación de ideas y de propaganda política. La pereza es una manera de desalinearse, de rechazar el modelo que se nos impone.