miércoles, 11 de julio de 2007

Birdies y ladrillos

Ayer leí el titular Menos del 1% del Mediterráneo está protegido, según Greenpeace. Y continuaba la noticia: la asociación ecologista denunció que el crecimiento vertiginoso del turismo en los últimos 50 años y el desarrollo urbano incontenible han hecho que el 34% del primer kilómetro de las costas españoles esté ya urbanizado. Sin embargo, hay recalificado el triple de lo que hay construido y sólo el año pasado se proyectaron más de 1.500.000 nuevas viviendas, 275 campos de golf y 36 nuevos puertos deportivos, aseguran. Además, al tratarse de un mar semi-cerrado, el Mediterráneo es muy sensible a la contaminación y se necesitan casi cien años para que sus aguas se renueven totalmente.

¿275 nuevos campos de golf? Un pasatiempo demasiado dañino, un injerto antinatural que la piel de este árido país rechaza constantemente. Un paisaje no se puede importar, y estos hierbajos necesitan demasiada agua para sobrevivir por estas latitudes.
Fue idea de Leo Bassi: acabar con todos los campos de golf y reclamar la petanca, orgullo del deporte mediterráneo, como sustituto.

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