martes, 25 de noviembre de 2008

José y la Unión Europea

Ya no hay nada, sacaron todo, la higuera no está, fue todo arrasado, dice el Premio Nobel Saramago al regresar a su tierra y mirar con esa melancolía portuguesa el lugar donde estuvo su casa natal, en Azinhaga.
Acá todo eran olivares, pero la Unión Europea decidió que ya había demasiado aceite de oliva y pagó cuatro mil euros por cada hectárea de olivos arrancados. Y los arrancaron todos... Han hecho un negocio estupendo y ahora tienen campos de maíz interminables, maíz híbrido, todo igual, todo igual, a la misma altura. Ese no es mi pueblo, este no era mi paisaje.

No, no son nuestros paisajes. Son las horribles visiones unificadoras que nos imponen desde Bruselas. Es una metáfora perfecta del igualitarismo social, económico y cultural que viene del norte. El precio por estar en un club que no nos corresponde.

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